Por naturaleza el ser humano
pasa la mayoría de su vida tratando de encontrar la felicidad, incluso hay
quienes se ponen metas como obtener el auto deseado, una casa, hijos, bienes,
un puesto laboral, el estar con alguna persona o en sí, algo particular que han
deseado toda la vida. Lo que es cierto es que talvez al conseguirlo se
sintieron satisfechos y les produjo dicha ver su esfuerzo recompensado, sin
embargo, la felicidad no es algo que se consiga, no es un objetivo, ni algo que
se tenga que alcanzar; la felicidad es tan solo un estado de ánimo que está
latente todo el tiempo y que nosotros podemos decidir vivirla o seguir
esperando por aquello que tanto anhelamos. La felicidad consiste en instantes,
en momentos que ocurren regularmente espontáneos, no es algo que llegue y quede
perpetuamente en nuestra vida.
Frecuentemente
desaprovechamos el ser felices por estar enfocados en obtener esos deseos u
objetivos que nos ponemos y no nos damos cuenta que a veces en ese camino
pasamos momentos agradables que nos permiten seguir viendo con sentido la vida.
Realmente serás feliz cuando te liberes, cuando dejes de depender de algo
material, de estar obsesionado por ese crecimiento profesional, cuando no
esperes el cariño de alguien solo porque tu diste o darías todo por esa
persona. Y espero no se malinterprete lo que escribo como mediocridad o
conformismo, lo único que trato de expresar es que no debemos estar atados a
algo para poder ser felices, simplemente tienes que dar lo mejor de ti y dejar
que el destino coloque en tu vida el premio a tu esfuerzo.
Vivimos la mayor parte del
tiempo en busca de aceptación y a veces nos creamos expectativas de recibir lo
que nosotros creemos merecer y muchas veces no se da; este es uno de los peores
errores que puedes tener: especular con el resultado que tendrás al hacer tu
mayor esfuerzo; ya que al creer que obtendrás eso por lo que tanto te
esforzaste y no se logra, tu felicidad que buscabas se convierte en
frustración, en decepción e incluso puede llegar hasta la depresión. Pero si
las cosas no se dan como tú lo esperabas, quizá no es culpa tuya, y menos
cuando la decisión de obtenerlo depende de la percepción que un tercero tenga
de ti. Si no obtienes eso que buscaste con tanto esfuerzo es porque talvez no
era tu tiempo y seguramente vendrá algo mejor para ti.
Y tu ¿Qué esperas para ser
feliz? ¿Una señal? Puedes tomar este texto como tal, decide dejar de procrastinar
el vivir momentos de felicidad, deja de postergar el convivir y disfrutar con la
gente que te ama, ya que si te pones a analizar, esas personas que serían capaces
de dar la vida por ti son las que regularmente te dan los momentos más hermosos
de felicidad. ¡Libérate! ya deja estar cautivo de algo que quizá no llegue,
deja de creer que todos valoraran tu esfuerzo y tus virtudes; deja de
estresarte por la decisión de alguien que quizá no tiene ni idea de lo que
realmente vales; lo más importante de todo es que tú te valores, tú te ames, tú
te aceptes con cualidades y defectos.
Siempre he pensado que la
casualidad y la suerte no existen, sino que en la vida cada quien tiene lo que
se merece; y si lo que tienes no te genera momentos de felicidad, has algo
distinto, cambia tu mentalidad, tus acciones, tus ideas, pero ¡Cambia ya! No
vivas esperando que los cambios lleguen a tu vida actuando como lo llevas
haciendo por años… por tu propio bien: ¡Decide ser feliz!
A. R.
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