Incongruencias

La mayoría de las personas cuando nos preguntan sobre tres cosas que desearíamos tener perpetuamente para ser felices, por lo regular repetimos un cliché muy trillado: Salud, Dinero y Amor. Salud para poder vivir muchos años disfrutando a plenitud de una excelente condición física. Dinero para poder solventar todos aquellos gustos o deseos que siempre hemos tenido y que son inasequibles con nuestra situación económica actual. Y amor: de esa persona que es nuestro motor de vida, de nuestra familia, de amigos. Queremos vivir la vida siendo siempre amados.

Sin embargo y a pesar de que esto es lo que anhelamos, lo que nos alienta a seguir adelante, lo que nos impulsa para salir a trabajar cada día, pareciera que inconscientemente actuamos de una manera como si deseáramos todo lo contrario. Tomamos acciones que van en contra de estas tres metas y pareciera que esperamos que aparezca un genio, un hada o un mago que nos traiga súbitamente estos tres puntos para poder llegar a realizar nuestra felicidad. A continuación, te hago mención del por qué opino que somos incongruentes con base a lo que queremos y lo que comúnmente hacemos en cada uno de estos tópicos; solo son algunas causas en las cuales en ciertas situaciones me llego a identificar pero seguramente hay muchas mas que reflejan la incoherencia en lo que deseamos con lo que tenemos actualmente.

Salud: Queremos salud, sin embargo, fumamos, tomamos alcohol, comemos en exceso comida chatarra, fast food, garnachas, golosinas, etc. Y lo hacemos de una manera tan irracional e inconsciente que pareciera que ignoramos el daño que puede causarnos. Hace poco tiempo me daba pena decir la cantidad de cigarros que fumaba por día, sin embargo, frecuentemente escucho a gente presumir la cantidad de alcohol que ingirieron el fin de semana o si salieron a carretera el kilometraje por hora al cual hicieron correr su auto, o peor aún, la combinación de estas dos conductas: manejar a alta velocidad con un nivel de alcohol elevado. Otro punto que nos afecta es la basura que tiramos en la calle, y no solo es que contamine el ambiente ya que además de eso desata una serie de problemas como la inundación de las calles cuando llueve lo que contrae que se genere trafico y esto nos genera estrés que actualmente es la justificación de todos los doctores; ya no importa que te duela si tienes colitis, migraña, gastritis, dolor muscular, etc. Cualquier doctor te dirá que estas demasiado estresado y te pedirá que te relajes como si dependiera solo de uno el que no te afecte todo lo que pasa a nuestro alrededor.

Dinero: No sé cuánto percibes, pero apuesto a que no te alcanza; y es que es una realidad, entre más ganamos más gastamos y nunca nos alcanzará y esto es debido a una carencia de administración de nuestro dinero. Regularmente gastamos en cosas que no utilizamos, por que compramos por impulso o por instinto y gastamos en cosas que solo nos satisfacen momentáneamente; llegamos a casa las guardamos y se quedan ahí por meses hasta que por alguna razón las encuentras accidentalmente y te preguntas ¿Para qué o porque las compraste? Otro punto es el mal uso de las tarjetas de crédito, ya que la mayoría cree o la toma como una extensión de su sueldo, y cuando está saturada regularmente tomamos decisiones estúpidas como sacar una nueva tarjeta, retirar efectivo y pagar la que tenemos ya topada; con esto lo único que hacemos es agrandar el problema cuando la mejor solución era limitarse y pagar lo más posible de nuestro sueldo la tarjeta hasta liquidarla o mantenerla al menos en condiciones favorables. También nos pasa que por “pertenencia” gastamos lo que no tenemos, por ejemplo: tus compañeros van a Starbucks por un café, y no importa que no quieras, que no te guste, que este lejos o que no tengas dinero; te cuesta decir NO, no tengo dinero, no quiero, no me gusta, etc, y es que ¿Cómo todos van a estar con su vaso de café y tú no? Nos dejamos llevar por el estatus que nos dan ciertas marcas, aunque esas mismas marcas nos estén dejando en la calle con las deudas.

Amor: Que bonito es cuando uno está enamorado, cuando cortejas a la mujer, cuando pides permiso a sus papas para poder salir con ella (o al menos eso se hacía hace unos años), cuando le mandas cartas, detalles, le hablas por teléfono por horas y no quieres terminar la llamada, eres caballeroso en todo momento, no quieres que nada le pase, ni que le falte nada, le prestas tu suéter, incluso no quieres que nadie la voltee a  ver, vas a dejarla a su casa y te cuesta dejarla y volverla a ver hasta el próximo fin de semana; pero ¿Que pasa después cuando ya la sientes segura? ¿Cuándo llevas años con ella de noviazgo o matrimonio y ya no necesitas conquistarla? ¿Por qué se pierden todos esos detalles? El Amor se debe alimentar todos los días; la caballerosidad se tiene que tener por naturalidad y si no te la inculcaron tienes que adoptarla, debes luchar día a día contra la monotonía ya que es lo más peligroso para una relación de muchos años y si no es la persona que amas; no la hagas perder el tiempo ni lo pierdas tu; nunca es tarde para empezar de nuevo. ¿Quieres amor de tus familiares y amigos? Solo se tú mismo, no intentes ser alguien que no eres ni de complacer a nadie, la gente te amara por lo que eres. No necesitas buscar amor por que entre más lo busques mas solo te sentirás; solo déjalo que llegue y que toda persona que se te acerque te conozca tal cual eres. Todos los seres humanos somos especiales y lo primordial que debes tener para que recibir amor es una alta autoestima. 

En conclusión; tenemos en nuestras manos todo para ser plenos solo es cuestión de analizar un poco que queremos y que estamos haciendo para conseguirlo. Es difícil tener una armonía en estos tres puntos, pero una vez que lo encuentras créeme que te sentirás en paz, aunque como menciona Einsten “La vida es como andar en bicicleta; para poder mantener el equilibrio debes seguir avanzando”.  Por lo que una vez que encuentres la fórmula para obtener lo que deseas, no pares, intenta ser mejor cada día y descubrirás que no hay meta que no puedas alcanzar.

                       
                                                                                                         A. R.






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