Orgullo LGBT

En los últimos días se ha hablado mucho del Orgullo LGBT, se han hecho marchas y se han subido mensajes de aliento en las redes sociales para apoyar a esta comunidad; pero realmente me pregunto ¿Por qué llamarlo “Orgullo”? Probablemente tenga que ver con no sentirse avergonzado por tener una preferencia sexual distinta a la mayoría del mismo género, sin embargo, me suena tan ilógico e incongruente tanto como si yo me sintiera orgulloso de ser heterosexual.

Y no, no soy una persona intolerante a esta comunidad, al contrario, me sumo a la convicción de que puedan expresar y vivir su sexualidad tal como ellos la sientan, siempre y cuando no se llegue al libertinaje ni a la perversión de terceros. Si bien es cierto que aún hay gente con mentalidad retrograda que lo ve como una enfermedad psicológica o una simple moda, también es una realidad que hoy día la idiosincrasia y libertad de expresión que se vive ha permitido que ya no se maneje como un tabú como se vivía hace algunos años.

Realmente no creo que se tenga que llegar a hacer marchas en las calles para que puedan ser respetados y valorados como personas; antes de juzgarlos debemos entender que todos los seres humanos somos distintos y aunque vivimos en una sociedad aún machista, cada quien tiene derecho a vivir y expresar sus necesidades sin tener que ocultarlas por miedo al rechazo o a ser juzgados por no tener la misma ideología que los demás.

Ser LGBT no te hace más ni menos que los demás, eres igual y vales lo mismo que cualquier persona; ya es hora de quitarnos los estereotipos que se tenían hace años donde el ser LGBT significaba prácticamente ser excluidos e indiscriminados. No señores, pertenecer al grupo de LGBT, no debe ser cuestión de orgullo, sino de respeto, de comprensión, de entender que cada quien es dueño de querer, sentir y vivir de manera libre, sin miedos, sin mensajes de odio y sin repulsión; simplemente entender que lo  que verdaderamente importa son los valores que cada individuo es capaz de aportar a la sociedad.

A. R.