Hace alrededor de cinco años acudí a un concierto de rock en español que se enfocaba en la intención de apoyar los derechos animales; este evento se llamó Rock Perrón y dentro de su merchandasing incluyeron que varios artistas lo promovieran con frases alusivas a hacer conciencia respecto al maltrato animal. Entre estas hubo dos que tuvieron en mi un fuerte impacto: “Si recoges un perro hambriento y lo haces feliz no te morderá, esa es la diferencia entre un perro y un hombre” Mark Twain; pero la que más repercusión e influencia tuvo para mí, fue autoría de Anatole France: “Hasta que no hayas amado aun animal, una parte de tu alma permanecerá dormida”.
Unas semanas después llegó a mi familia un ser que vendría a cambiar no quisiera decir mi vida, pero si la forma en como la había visto hasta ese momento. No podría creer que un ser vivo sin ser un humano podría despertar un lazo tan grande de amor y que él pudiera tener en la mirada un brillo y una transparencia capaz de sensibilizar cualquier alma.
Este texto está dirigido a mi perro, a mi compañero, a mi amigo, aquel que no le importa a qué hora llegue, si no ha comido o si tuvo un mal día; él siempre me recibirá feliz y con la misma emoción que contagia y hace que mi animo pueda cambiar con solo sentir la energía con la que me recibe. Si, hoy le escribo a mi perro ya que no esperare a que ya no este conmigo para decir lo que pienso de él, para valorarlo o para querer pasar tiempo con él.
Considero que el amor que te regalan los perros es incondicional; no te piden nada y son capaces de entregarte todo; es el único ser que te amará más que así mismo, no importa que le hayas gritado, que lo hayas reprendido, que te haya sacado de tus casillas y lo recriminaste; el siempre estará ahí para ti, sin rencores ni resentimientos, solo deseando una cosa, sentirse cerca de ti. Si a un perrito le das cariño, comida y un poco de tu tiempo al día, con esto bastara para el té entregue su vida.
He visto a muchas personas intentando entrenar o educar a sus perros y pienso el por qué no se darán cuenta que hay más cosas que su mascota puede enseñarles a ellos; son el único animal que tiene más desarrollado que el ser humano los siguientes valores: El Agradecimiento, La Fidelidad, El Amor y La Confianza, aunque su defecto es que aplican estos valores en los seres humanos cuando hay muchos que no saben apreciarlos.
Quiero terminar esta reflexión no sin antes exhortar a quien no haya tenido el placer de tener una mascota propia que viva la alegría de contar con un amigo leal, que experimente la sensación de recibir un cariño absoluto y que se dé la oportunidad de sentirse amado completamente. Cerraré con una frase más, esta es de Will Rogers: “Si los perros no van al cielo, cuando muera quiero ir a donde ellos van”. Definitivamente, el mundo sería mejor si los humanos fuéramos tan buenas personas como los perros creen que somos.
A. R.
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